martes, 5 de enero de 2010

Vida espiritual

Con frecuencia tenemos la tendencia a percibir la vida espiritual como una vida a la que, en cierto modo, se ha vaciado de contenido. Es decir, como si la persona espiritual fuera aquella que habiendo renunciado a todos los postulados, acciones y actitudes que comúnmente forman la base sobre la que se asienta la vida terrenal, queda suspendida en una especie de limbo etéreo, ajena en gran medida a la realidad cotidiana y sumida en cambio en una vida más vale contemplativa.

No es de extrañar que esta clase de vida tenga pocos admiradores.

En el pensamiento de Pablo, la concepción sobre el particular es notablemente diferente. No se trata de un simple "despojarse" o "vaciarse de" sino que conlleva siempre, por otro lado, una acción de apropiarse o llenarse, como contrapartida. No es nunca abandonar un estado sin asumir otro que ocupe el espacio dejado por el primero.

No conformarse a este siglo --> sino transformarse por medio de la renovación de el entendimiento. Rom 12:2

Considerarse muerto al pecado --> pero vivo para Dios en Cristo Jesús. Rom 6:11

De esclavos del pecado --> a siervos de la justicia. Rom 6:17 y 18

No presentar nuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad --> sino a Dios como instrumentos de justicia. Rom 6:13

Las cosas viejas pasaron --> todas son hechas nuevas. 2Co 5:17

Librados de la potestad de las tinieblas --> trasladados al reino del Hijo. Col 1:13

De estar bajo la ley --> a estar bajo la gracia. Rom 6:14

Despojarse del viejo hombre --> vestirse del nuevo. Efe 4:22 y 24

Es cierto que debe haber presente un elemento de despojo o renuncia a cosas pasadas, pero esto no implica un cese de actividades o la supresión de toda satisfacción, anhelo, motivación o búsqueda de objetivos. Esta renuncia debe ser sólo la primer etapa que de paso a un posterior estado de cosas nuevas, en el que esos elementos , componentes de la vida humana no se anulen, sino se replanteen y re-proyecten desde la óptica espiritual de la persona regenerada.

2 comentarios:

ale_peluca dijo...

Efe 4:28 El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad.
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Este versículo siempre me hace recordar cual es el punto central del evangelio en la sociedad. Es contraste q Pablo muestra no tiene nada q ver con "una especie de limbo etéreo" q a veces se quiere enseñar. Muy buen post.
Un abrazo!

Guille dijo...

Gracias!

Si, me parece muy buena la aplicación del pasaje a la idea que intenta transmitir el post. Da una idea de como el nacido de nuevo no debe abstraerse del mundo sino vivir plenamente en el de una manera distinta.

Un abrazo.