martes, 17 de agosto de 2021

¿Por qué quiere Dios mostrar su gloria? - La disputa por la gloria 3

Todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice.
Isaías 43:7

Este pueblo he creado para mí; mis alabanzas publicará.
Isaías 43:21  

Y tu pueblo, todos ellos serán justos, para siempre heredarán la tierra; renuevos de mi plantío, obra de mis manos, para glorificarme.
Isaías 60:21

...a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya.
Isaías 61:3

Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.
1 Corintios 6:20

...en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado. 
Efesios 1:5 y 6

La Biblia enfatiza una y otra vez la idea de que Dios quiere mostrar su propia gloria. El cumplimiento de este propósito aparece, en efecto, como el fin al que tiende todo lo existente, en sus más diversas dimensiones y a través de los más variados procesos. Los textos arriba citados son sólo ejemplos, particularmente explícitos, de un concepto que aparece como regado a lo largo de la Escritura. 

La intención de la entrada anterior era reflexionar sobre el derecho de Dios a reclamar toda gloria para sí. El de la presente es meditar sobre los motivos por los cuales Dios busca manifestar su gloria. Después de todo, la búsqueda, por parte de Dios de canales y medios a través de los cuales expresar su gloria aparece, según lo visto, como un tema de fundamental importancia en las escrituras y como causa detrás de la obra misma de la creación. ¿Cuál es el propósito de Dios al manifestar su gloria? Y por otro lado, ¿no continúa siendo pretencioso llamar la atención sobre los atributos u obras propios, aun cuando se considere que uno tiene el derecho de hacerlo? Creo que responder la primera pregunta puede ayudar a responder también la segunda. Empecemos entonces por allí.

La manera más clara que encuentro de entender esto es por analogía con lo que se podría denominar el sentido artístico de los hombres. Existe en los seres humanos cierto instinto creativo que los impulsa a expresar sus capacidades a través de algún tipo de trabajo productivo, actividad en cuya realización encuentran una dosis importante de satisfacción. Este fenómeno se evidencia de manera particular en el arte, que a diferencia de las actividades realizadas con animo de lucro, no persigue, en principio, otra finalidad que la expresión del artista y el deleite de los sentidos, de éste y de otros, en la apreciación de su obra. Es posible, sin embargo, identificar esta tendencia, en mayor o menor medida, en relación a cualquier tipo de tarea que brinde a los individuos la oportunidad de aplicar sus capacidad y cierto margen de libertad en la manera de hacerlo.

Dado que las facultades del hombres tienen su origen en Dios, a cuya imagen además fue hecho, parece lógico pensar que esta faceta humana creativa reproduce a una escala limitada una cualidad que se encontraba originalmente en el creador. Viéndolo desde esta perspectiva, el hecho de que Dios quiera mostrar su gloria resulta tan natural como lo es que el hombre quiera aplicar sus capacidades a la realización de actividades que las pongan de manifiesto, y se recree en hacerlo.



(Continúa)

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