Cuando no deseo a Dios, por John Piper, capítulo 6. Reseña.
En el capítulo 6 de Cuando no deseo a Dios, John Piper remarca la idea de que el gozo nos es posible gracias al sacrificio de Cristo. En la cruz, el Hijo de Dios derroto a todos y cada uno de los posibles enemigos y obstáculos que se interponen en el camino del gozo.
De aquí rescata la importancia de la predicación para el gozo, la proclamación y contemplación de la obra redentora. El evangelio basado en la cruz de Jesús es el fundamento a partir del cual el hombre puede tener gozo y esperanza.
Este mensaje, revelado por medio de Cristo y de las escrituras, debe ser proclamado, a otros y a uno mismo. Piper subraya la importancia de predicarse, de repetirse continuamente a uno mismo el mensaje del evangelio para gozarse en ello.
Con respecto al contenido de este evangelio que el cristiano debe predicar y predicarse como herramienta en pos del gozo, el autor hace una contraposición entre lo que el llama “culpabilidad audaz” y lo que el teólogo alemán Dietrich Bonhoeffer denominó “gracia barata”.
La expresión gracia barata se refiere en cierta forma a la concepción de un evangelio blando y complaciente que no introduce cambios significativos ni implica demasiadas molestias o perturbaciones al hombre. Por otro lado, con la expresión culpabilidad audaz, Piper alude, tomando como ejemplo la oración del profeta en Miqueas 7:8-9, a la situación del pecador que reconoce su condición, se somete con humildad a la disciplina y el quebrantamiento necesarios, pero se aferra con gozo a la justificación que Dios le otorga por gracia.
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