martes, 22 de julio de 2008

Sobre el estudio bíblico


"Y éstos eran más nobles que los que estaban
en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así."
Hechos 17:11

"Trae también los libros..."
2 Timoteo 4:13



Después de leer el artículo publicado hace unos días por la Monja Guerrillera en cuanto al desprecio de algunos creyentes hacia el estudio sistemático de las Escrituras y la acumulación de conocimiento bíblico-teológico, me quedé pensando algunas cosas...

Sobre cualquier tema bíblico que admita mas de una lectura, nos vamos a encontrar casi siempre con posturas antagónicas.

Los que opinan de una forma defienden con uñas y dientes la posición asumida y se convierten en detractores de la opuesta, los representantes de esta por su parte hacen lo propio, defendiendosé y atacando a la primera.

Cada uno asegura tener la razón y presenta argumentos que lo favorecen y contradicen la opinión contraria. Como saber quien tiene razón si todo están convencidos de tenerla pero sus posturas se contradicen?

Creo que el común de los cristianos se guía por alguno de los siguientes criterios:

Los nacidos en familias cristianas suelen identificarse con las ideas del entorno en que se crió, los que no, adoptan las del grupo que lo introdujo en círculos religiosos, y otros tal vez eligen las que mejor condicen con su ideología.

El problemas es que todas estas opciones son arbitrarias; no dicen nada sobre la validez de los enunciados asumidos y siempre vamos a encontrar quienes en base a los mismos criterios abracen credos diametralmente opuestos.

Me parece entonces que para aproximarse a una fe basada en convicciones propias, depurada de ideas preconcebidas, y no caer en una simple ideología heredada por tradición o asumida por simpatía, el estudio serio y sincero de las Escrituras es una cuestión ineludible.

8 comentarios:

MonjaGuerrillera dijo...

Guille: Gracias por la mención y por el interés. Todos estamos en la misma pecera de estudiar las Escrituras. Algunos más y otros menos, pero al decir "todos" me refiero a cristianos, judíos, musulmanes coránícos o no (y a algunos ateístas que también les interesa)

El problema básico no es querer o no querer estudiar, creo que en cuestión de voluntad nadie de nosotros puede inducirla.
Me parece que hay un problema más adelante, luego de que esa voluntad de estudio ya se manifestó. Y se trata del método de estudio, de la forma de abordaje a las Escrituras, y luego se trata del propósito con el que nos acercamos a ellas.
En esos dos puntos cruciales algunos hemos salido de la pecera y otros no.

"Para ver si estas cosas eran así" dice Lucas. Están Lucas y sus colaboradores muy interesados en registrar el modo en que los creyentes judíos se acercaban a las Escrituras. En el modo.
Los de Tesalónica ya sabían las Escrituras y ni se molestaban en releerlas según la llegada del Mesías. Las tenían 'tarreadas' de la sinagoga, con sus métodos y sus costumbres.

Los predicadores del evangelio, como se supone según lo que han demostrado, iban con el objetivo de que esas Escrituras que ya tenían conocidas según el judaísmo las volvieran a leer según el cumplimiento en Cristo.
Y para eso usaban lo que hoy llamamos "método pesher". También Pablo y Silas usaron ese método, aunque ya no tanto cuando se dirigieron a los gentiles.
En el caso del texto de Hechos que pusiste, sí.

Bien, no todos los judíos -que ya decían conocer muy bien las Escrituras- querían leerlas otra vez y ahora desde la perspectiva del cumplimiento. Pero los de la sinagoga de Berea quisieron. Quisieron salir de la pecera.

Querer querían todos, pero algunos no quisieron cambiar el método de abordaje.

Como verás, hay razones de peso para defender un método de lectura bíblica y para no defender otros, y para ser antagónicos a unos y no serlo a otros.

Gracias

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PD: Perdón por la últimamente tan maldecida palabra "método", pero es "methodos" = Camino. Y ahora el único "Methodos" que hay es el que asegura "Yo soy el Methodos".

Guille dijo...

Muy interesante eso de releer lo que ya conocian, a la luz de un nuevo significado. Supongo que en los tesaloniscenses ese impulso habrá chocado con la tan humana resistencia al cambio, que además imagino muy arraigado en una comunidad tan tradicional.

Claro, es lógico abrazar un método y oponerse a otro, justamente se necesita un estudio comprensivo de las Esrituras, es a lo que apuntaba el post, para no quedarnos con lo primero que recibimos sin someterlo a crítica, como hicieron los de Tesalónica, y abrazar uno y rechazar otro así porque si.

Gracias por el tan instructivo comentario :)

Nicolás Farina dijo...

Estudiemos en el ardor del Espiritu Santo.
Slds.
Nicolás.

Guille dijo...

Hola Nicolas! Gracias or la visita :)
Supongo que usas ardor como sinónimo de pasión. En ese caso estoy de acuerdo, creo que la pasión por Dios y su Palabra necesariamente tiene que llevarnos a desear mas conocimiento, a sumergirnos en las Escrituras...

El otro día, no deje nada anotado, pero anduve por tu blog. Ahora voy de vuelta :)

David López-Cepero dijo...

Guille, el texto que citas de Hechos 17 fue uno de los que cambiaron mi vida, Dios lo usó para hacerme ver que la Palabra es la que habla, no la que se adapta a nuestras estructuras mentales...

Ese mismo texto fue uno de los que me inspiraron a escribir mi primer post, en el blog con el que incursioné en la red por vez primera, uno que cambió luego de nombre y que se tornó en el actual... En ese post, escrito originalmente hace como siete meses, volqué como supe lo que aprendí, y básicamente era esto:

Que toda mi vida había estado acomodando la Biblia a lo que me habían enseñado, cuando debiera haber sido justo al revés.

Si uno parte de una doctrina preconcebida para leer la Biblia, pierde la frescura que esta puede aportar, no por no poder ella hacerlo, sino por haber cerrado uno mismo su mente con candados y cerrojos para no ver otra cosa que lo que se quiere ver: Hacen falta discernimiento, sinceridad, humildad...

No lo sé todo, y lo que ha llegado hasta mi de la Palabra de Dios, es el tesoro de que dispongo para conocerle... y no puedo desperdiciarlo por dejar que los prejuicios, los dogmas, los credos y las pautas de comportamiento cristiano tomen el lugar de "maestros"

Quizás hayas leído dicho post, pero te lo dejo enlazado por si le quieres dar un vistazo: Cuestionando Enseñanzas

De todos modos, me encanta la facilidad que tienes para soltar la idea con tan pocas palabras... yo soy como una ametralladora, que empiezo a soltar frases y no paro, ja, ja.

Volver a leer la Biblia, como dice "Monja", pero desde una nueva perspectiva, es renovador.

Saludos a todos

Guille dijo...

Hola Peregrino! Que bueno tener noticias suyas nuevamente!

Me alegro que el texto le haya traído buenos recuerdos, yo la verdad que me siento identificado con lo que usted cuenta de su vida.

No leí el post que cita, pero obviamente ya voy por allá.

Espero que termine bien su viaje y pueda reanudar pronto su trabajo de traducción de los antiguos manuscritos ;)

Anónimo dijo...

Es dificil,porque las buenas intenciones del corazon y el deseo sincero de aprender no son suficientes,al menos en mi experiencia de querer aprender mas,tropiezo vez tras vez.Yo naci en un hogar cristiano y se lo que cuesta desprenderse de tantas cosas que nos enseñan y de las ideas preconcebidas acerca de todo lo que nos huela a diferente.Pero ahi vamos amigo,dia con dia tratando de cambiar y aprender.

Muchos saludos para ti che.

Guille dijo...

Es cierto Brisa, no es nada fácil, supongo que habrá que esforzarse :)

Saludos!