viernes, 20 de agosto de 2021

Cuando no deseo a Dios capítulo 1, Reseña

Reseña de Cuando no deseo a Dios, por John Piper, capítulo 1. 

Piper comienza el primer capítulo de su libro, Cuando no deseo a Dios, aludiendo al concepto de hedonismo cristiano, que ha sabido desarrollar en publicaciones anteriores. Para quien no este familiarizado con su obra, podemos decir que el hedonismo cristiano esta relacionado con la búsqueda de placer y deleite en Dios, no sólo como un resultado o consecuencia de la vida espiritual sino incluso como una necesidad y un deber, para su saludable desarrollo. Sugiero por supuesto remitirse a los libros del autor para lograr una idea más acabada sobre el tema.

El autor explica que entender esto fue para él una revelación tanto liberadora como devastadora. Liberadora, porque despejaba del camino del crecimiento espiritual. Los prejuicios que usualmente tenemos respecto a que el disfrute es malo y que la religión se basa más en obligaciones. Devastadora porque comprendió que el gozo supremo que proviene de Dios no se obtiene fácilmente sino que su llegada nos es constantemente estorbada por la inclinación hacia deleites que el pecado engañosamente hace parecer como más deseables.

A partir de estos conceptos, Piper introduce la idea de que la vida cristiana, entendida como la búsqueda de este disfrute supremo, es algo sobrenatural. Algo imposible para el hombre de lograr por si mismo, y que sólo Dios la puede conceder. El autor hace, en este contexto, una selección digna de ser leída de fragmentos escritos por creyentes que en diversas épocas meditaron y profundizaron sobre estos temas, a fin de dejar en claro que no está vertiendo ninguna idea extraña sino un concepto escritural que sinceros siervos de Dios ya han descrito con antelación.

Finalmente, Piper deja en claro que su intención no es abonar el campo del conformismo cristiano occidental, sino que por el contrario pretende establecer que el deleite supremo del que Dios es fuente, es tal que se manifiesta en la disposición a renunciar, por parte de aquel que lo encuentra, a toda comodidad y garantía de bienestar terreno si es necesario.



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