Generalmente esta visión es compartida por los miembros de uno y otro grupo, que ven como una amenaza a la doctrina propia las ideas asumidas por el otro.
Actualmente es prácticamente imposible hablar de comunismo, sin referirse a Karl Marx, filósofo e historiador alemán que sentara las principales bases teóricas sobre las que hoy se asientan la mayoría de las corrientes socialistas o de izquierda. Es precisamente Marx en gran parte el responsable de este distanciamiento teórica entre movimientos de izquierda y pensamiento religioso, en particular el cristiano, al presentar a este último como propicio al desarrollo de una mentalidad burguesa, refiriéndose con burguesía a la clase dominante que habiéndose adueñado del capital y de los medios de producción, aprovecha esta situación para explotar a la clase obrera o trabajadora.Si bien este pensamiento envuelve prácticamente todas las obras del citado autor y se desprende de cada una de ellas, transcribimos a continuación algunos párrafos en los que se sintetiza con particular claridad:1
Dice el Manifiesto comunista, que elaborara junto con Engels, en referencia al "proletariado", nombre que da a la clase trabajadora, a la cual considera explotada por la burguesía dominante "Las leyes, la moral, la religión, son para él otros tantos prejuicios burgueses, tras los que se ocultan otros tantos intereses de la burguesía."2
Mas adelante afirma que los principios morales de cada época son en realidad el resultado de está dialéctica de clases y están destinados a favorecer siempre a la dominante:
"Rechazamos, por tanto, toda pretensión de que aceptamos la imposición de cualquier dogmática moral como ley ética eterna, definitiva y por tanto inmutable (...) Afirmamos, por el contrario, que toda teoría moral que ha existido hasta hoy, es el producto, en última instancia, de la situación económica de cada sociedad. Y como la sociedad se ha movido hasta ahora en contraposiciones de clase, la moral fue siempre una moral de clase (...) justificaba el dominio y los intereses de la clase dominante..."3
En su Crítica del programa de Gotha ataca el concepto de libertad religiosa dando a entender que, mientras no se elimine completamente el elemento religioso, está supuesta tolerancia no hace mas que mantener la libertad de conciencia dentro del ámbito del pensamiento burgués:"... el Partido Obrero, aprovechando la ocasión, tenía que haber expresado aquí su convicción de que «la libertad de conciencia» burguesa se limita a tolerar cualquier género de libertad de conciencia religiosa, mientras que él aspira, por el contrario, a liberar la conciencia de todo fantasma religioso. Pero, se ha preferido no salirse de los límites burgueses."4
En El capital, por su parte, explica como para una sociedad basada en el sistema de producción capitalista “la forma de religión más adecuada es, indudablemente, el cristianismo (…) sobre todo en su modalidad burguesa, bajo la forma de protestantismo, deísmo, etc."5
No negaremos que una porción muy grande de la franja social que se hace llamar cristiana puede haberse impregnado de los defectos que Marx señala en lo que el denomina mentalidad burguesa, adquiriendo un desmesurado gusto por los bienes materiales y amoldándose a un sistema en el que mas pobre queda desprotegido. La crítica que haremos al pensador alemán es que esto que el llama cristianismo, no lo es en realidad. Yo puedo decir que soy futbolista, los demás pueden decir que soy futbolista, puedo vestirme como uno e intentar imitar el comportamiento de uno, pero crearme, ateniéndonos a la definición de lo que realmente es un futbolista, cualquiera que me conozca ligeramente podrá dar fe de que no lo soy y que disto mucho de serlo.
El problema con Marx es que habiendo decretado arbitrariamente la inexistencia de Dios, derivo de esta premisa la lógica conclusión de que no había algo así como cristianismo verdadero y apuntó entonces sus cañones contra el cristianismo superficial que acompaño la expansión del capitalismo en su época y anteriores, pero la verdad revelada de Dios dista mucho de acomodarse al modelo burgués descrito por el filósofo, de una clase acomodada que lucra explotando a una clase de menor poder económico.
Las leyes dadas a Israel por medio de Moisés, recogidas en el Pentateuco, prohibían expresamente la usura y el cobro de intereses en general, ordenaban asistir al necesitado, respetar los derechos de los jornaleros y hasta libraban de sus obligaciones luego de cierto tiempo a quienes se hubieran visto impelidos a endeudarse para poder subsistir (Exo 22:25 , Lev 25:35-37 , Deu 15:1-2, 7-10, Deu_23:19, Deu 24:14-15).
El libro de Proverbios, colección de sentencias breves destinadas a impartir sabiduría y servir de guía práctica en la vida, reprende al que oprime al pobre, alienta al que lo auxilia, condena al que adquiere riquezas a costa de otros y se pronuncia contra el animo de acumular riquezas en general (Pro 14:31, 19:17, 23:4-5, 28:8, 31:9).
El profeta Isaías denuncia duramente a los dirigentes de Israel por oprimir al pueblo y afligir a los mas necesitados (Isa 3:13-15, 10:1-3). Tambíén critica la práctica de una religión externa y superficial argumentando que no es esto lo que pide Jehová sino el auxilio a los necesitados (Isa 58:5-11) . Aquí cuando habla de "romper todo yugo" probablemente se refiera a las obligaciones económicas o de tipo contractual que pudieran pesar sobre el pueblo.
Los profetas Jeremías, Amos y Zacarías emiten juicios semejantes (Jer 5:26-29, Amo 5:11-12, Zac 7:10).
Ya en el nuevo testamento Jesús insta a un joven rico a vender todos sus bienes para dar el precio a los pobres (Mat 10:21) y muestra la inconveniencia de buscar riquezas (Mat 6:24, 19:23-24).
Zaqueo, un cobrador de impuestos rico y corrupto, tomó la decisión luego de recibir a Jesús en su casa, de dar la mitad de sus bienes a los pobres y devolver cuadruplicado todo aquello que aprovechando su posición, hubiera robado (Luc 19:8).
Los primeros cristianos, reunidos en Jerusalén antes que comenzaran las persecuciones por parte de los lideres judíos, por mas que por lo general no le guste como suene esto ni a cristianos ni a partidarios de izquierda, vivían bajo un práctico régimen comunista (en contraposición con las utópicas predicciones de Marx que jamás se cumplieron), gracias al cual no había necesitado alguno entre ellos (Hech 2:44-45, 4:34-35).
Pablo recuerda en carta a las iglesias de Galacia que cuando el evangelio comenzó a expandirse por el mundo no judío, ninguna norma o señal externa intento imponer la iglesia madre de Jerusalén a los nuevos creyentes, sino solo "que nos acordásemos de los pobres" (Gal 2:10).
El mismo apóstol instruye a su discípulo Timoteo contra el deseo de acumular riquezas y describe el amor al dinero como "raíz de todos los males" (1 Tim 6:9-10, 17).
El escritor de la epístola de Santiago, con toda probabilidad el Santiago que fuera hermano de Jesús y uno de los lideres en la iglesia de Jerusalén de los primeros tiempos, afirma que la verdadera religión consiste en velar por los mas necesitados (San 1:27) y condena el que se hagan concesiones a favor de los ricos en la iglesia del Señor en detrimento de los pobres (San 2:1-4, 6-9).
La literatura apocalíptica y profética en general anuncia a lo largo de la escritura la devastadora destrucción del sistema mundial basado en la actividad mercantil, y de ciertas naciones en particular representativas de dicho sistema, en términos que el mas empedernido marxista no se atrevería a soñar (Ap 18:2-3, 11-17, Isa 23:1-2,8,17, Jer 51:13, Ez 27:2-3, 12-27, 33-34, 36) Nótese como es utilizada la figura de la fornicación en referencia a las transacciones comerciales y lucrativas.
En base a esto es fácil darnos cuenta que la escritura de ningún modo justifica o respalda la explotación de una porción de la sociedad por otra de mayor poder económico. Todo lo contrario, nos habla de amor y entrega al prójimo, palabras que hallan su máxima expresión en la persona de Cristo, quien siendo Dios por sobre todas las cosas, dio la vida por sus criaturas, y siendo rico se hizo pobre, para que nosotros con su pobreza fuésemos enriquecidos (2 Cor 8:9). Debemos concluir entonces que la alineación del mensaje bíblico con el modo de pensamiento que Marx denomina burgués, responde o a una profunda ignorancia o a una deliberada selección y tergiversación del contenido bíblico que en nada se condice con la realidad.
1 La crítica de Marx al respecto gira principalmente sobre dos supuestos, el respaldo de la religión a la hegemonía de la clase dominante y la alienación que produce sobre la dominada impidiéndole tomar medidas concretas y materiales. La presente entrada tiene como objeta mostrar la total improcedencia de la primera de estas afirmaciones. Dejamos para otro momento el tratamiento de la segunda adelantando a título general que adolece del defecto de basarse en el arbitrario prejuicio de que lo dicho por la religión no es mas que un invento humano.
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