el problema de tratar de hacerte más estúpido de lo que en verdad eres es que, por lo general, lo logras.
Es lo que les sucede a los que cogen y comen frutas en el momento inoportuno y de la manera incorrecta. La fruta es buena, pero ellos la aborrecerán para siempre.
Uno de los peores resultados de ser esclavo y ser forzado a hacer las cosas es que, cuando no hay quien te fuerce, comprendes que casi has perdido el poder de forzarte a ti mismo
Aravis también tuvo muchas riñas (y, me temo, incluso muchas peleas) con Cor, pero siempre hacían las paces. De modo que años más tarde, cuando crecieron, estaban tan acostumbrados a reñir y a hacer las paces nuevamente, que se casaron para poder seguir haciéndolo en forma más cómoda.
—Y ahora, Bri —dijo—, tú, pobre, orgulloso, asustado caballo, acércate. Más cerca, hijo mío. No te atrevas a no atreverte.
Mi buen caballo, lo único que has perdido es tu vanidad. No, no, amigo. No eches para atrás tus orejas y no me sacudas tus crines. Si es cierto que estás tan humillado como parecías hace un minuto, debes aprender a escuchar a la sensatez. No eres ese gran caballo que habías llegado a pensar que eras de tanto vivir entre pobres caballos mudos. Por supuesto que eras más valiente y más inteligente que ellos. No podías evitar serlo. Pero de ahí no se deduce que seas alguien muy especial en Narnia. Mas mientras sepas que no eres nadie muy especial, serás una clase de caballo bastante decente, en suma, juntando una cosa con la otra.
Y ciertamente ambos caballos estaban haciendo, si no todo lo que podían, todo lo que creían que podían hacer; lo que no es lo mismo.
Y se han ido... se han ido... fuera de mi alcance! ¡Esa falsa mujerzuela, esa...! —y aquí agregó unas cuantas descripciones de la reina Susana que no se ven muy bonitas impresas.