domingo, 25 de abril de 2010

Justificados

¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.
Rom 8:33

... mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación.
2 Co 3:9

"La nota es algo anecdótico" - dijo el profesor - "si fuera por mi, los aprobaría a todos primero, y empezaría a enseñar después". Se entiende lo que quiso decir, el propósito primigenio de cualquier curso de enseñanza debiera ser que el alumno incorpore los conocimientos impartidos, pero en la práctica todo ideal tiende a verse teñido por preocupaciones más mundanas. Nunca conocí a un estudiante que dijera "menos mal que me desaprobaron! De lo contrario hubiera pasado la materia sin cumplir con los objetivos propuestos!". En la realidad cotidiana, para nosotros alumnos la nota distaba mucho de ser algo simplemente anecdótico.

Con el evangelio pasa algo parecido a lo que el docente quería, pero no podía hacer.

viernes, 23 de abril de 2010

Deje su mensaje después de pestañear

"... no hay nada que sea lo contrario de conducta. En otras palabras, no hay no-conducta, o, para expresarlo de modo aún más simple, es imposible no comportarse. Ahora bien, si se acepta que toda conducta en una situación de interacción tiene un valor de mensaje, es decir, es comunicación, se deduce que por mucho que uno lo intente, no puede dejar de comunicar. Actividad o inactividad, palabras o silencio, tienen siempre valor de mensaje: influyen sobre los demás..."

P. Watzlawick, J. Beavin Bavelas y D.D. Jacks, TEORÍA DE LA COMUNICACIÓN HUMANA. Biblioteca de Psicología. Textos Universitarios

jueves, 15 de abril de 2010

Un yanqui en la corte del Rey Arturo y un cristiano en el mundo de hoy (IV)

"Había sido un planteamiento demoledor.
Pero, caray, no demolió nada."
Mark Twain, Un yanqui en la corte del Rey Arturo.


Que alguien sea convencido de que una afirmación o concepto dado es correcto no suele depender, o al menos no de manera exclusiva, de lo racional o valido que el concepto sea, o de la claridad con que la idea sustentada por este sea explicada.

En el proceso de aceptación o rechazo de una premisa dada entran en juego toda una serie de representaciones, creencias y opiniones propias del interior del sujeto, de las cuales una gran proporción no responde a preceptos lógicos o racionales.